Orientapas: tratando la transexualidad

He estado curioseando en los 10 blogs que Xoán nos dejó en su presentación y me quedo con Orientapas para este post ya que es bastante completo.

Debo decir que la tarea de orientador es algo que me impone mucho. Quiero hacerlo lo mejor posible pero me veo desprovisto de medios. Aunque haya muchos recursos en la red, me falta una estructura o rigurosidad (la gente es más complicada que las mates).

Aún así esfuerzos individuales pueden estar bien para informarse o compartir experiencias, a falta de una fuente institucionalizada. 

Para esta tarea voy a comentar un post de Orientapas que me sorprendió. Además de hablar sobre atención a las necesidades especiales y la orientación profesional, personal y académica también trata temas sociales como la inmigración, los refugiados o la transexualidad.

Y de eso trata el post, cómo hablar de transexualidad a los jóvenes. Para mucha gente esto será polémico, prefieren no decir nada por si adoctrina o confunde a los estudiantes. Pero eso es justo lo contrario a lo que se pretende. Se busca visibilidad y normalizar una situación que vive cierta porción de la sociedad.

Yo, por ejemplo, he compartido aula con tres personas abiertamente trans, en distintas etapas. La más dura fue secundaria: se trataba de una chica trans de familia migrante y muy católica. En el instituto nadie entendía su situación, se decía que era un chico raro y ni yo mismo comprendí lo que estaba pasando hasta que me informé por mi cuenta al acabar el instituto.

Por eso es necesario seguir el consejo de Orientapas: no hace falta sentar cátedra ni grandes expertos, simplemente se puede hablar de la cuestión para romper el tabú. Como otros tantos tabús que hay en el aula pero forman parte de la vida: la muerte, el divorcio, el suicidio, la sexualidad...

Para tratar estos tema Orientapas propone una serie de recursos a investigar y compartir en la tutoría, y así cuando nos encontramos con personas diferentes podamos (por lo menos) entenderlas y respetarlas. Y es que nadie es perfecto, podemos equivocarnos pero lo que marca la diferencia es las ganas de aprender.