Dado que todavía es pronto para que podamos aplicar lo que estamos aprendiendo en estas primeras asignaturas del módulo común, se nos propone dar nuestra opinión sobre el sistema educativo español.
Para entender mejor mi opinión os pondré en contexto. He sido educado en un colegio concertado, desde Primaria hasta acabar el Bachillerato. Un colegio de monjas, para que nos entendamos. Pero aunque no cambié de lugar en tantos años, sí viví varios cambios durante ese tiempo. Y es que he pasado por la friolera de tres leyes educativas: la LOE en Primaria, la LOMCE en Secundaria y la LOMLOE al terminar Bachillerato.
En líneas generales, este es el primer fallo que le veo al sistema educativo en la actualidad. Ya no es que los alumnos se centren en memorizar para suparar un examen en lugar de aprender y asimilar lo que el instituto les ofrece, lo que nos ocurrió a las generaciones de esos años es que nuestra mayor preocupación era el BOE y los constantes cambios de la ley educativa. Desde las temidas reválidas que quedaron en nada hasta la forma que tendría finalmente la EBAU/PAU/Selectividad, nuestro problema era que el pacto educativo brillaba por su ausencia.
También me parece importante solucionar el exceso de burocracia al que tiene que enfrentarse el profesorado cada año. Que para colmo cambia cada poco. Este nivel de tensión y exigencia permea en todo el sistema y llega hasta el estudiante, transmitiéndole desmotivación y una excesiva preocupación por superar las pruebas escritas.
Pero soy capaz de apreciar un lado positivo. Primero, está claro que la educación es una preocupación de los españoles, y por ello está constantemente sometida al escrutinio popular. También creo que el rumbo o las ideas que se proponen como mejora son buenas. Habrá que ver su aplicación, donde flaqueamos frecuentemente.
Creo que una educación más modernizada, inclusiva y práctica es posible y necesaria en el mundo actual, sin prescindir en lo anterior de unos contenidos completos y rigurosos. Las generaciones futuras necesitan aprender cómo sacarle el máximo partido a las nuevas tecnologías sin olvidar todo el conocimiento que se lleva transmitiendo desde hace años.
Como dijo una compañera en clase, tenemos que darnos cuenta de que la educación beneficia a todo el país y no debe ser usada como arma política.
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